Porque Quintero preguntó lo que tenía que preguntar, no se anduvo por las ramas ni tampoco metió los dedos en las llagas.
Quintero le preguntó a Farruquito por la culpa, la pena, el miedo y la condena mediática y social.
Quintero le preguntó a Farruquito por su boda, por su baile, por la soberbia de la que se le acusa, por su familia, por su vida y por la viuda de su víctima.
Anoche Jesús Quintero hizo una magnífica entrevista, y demostró que sabe estar a la altura de las circunstancias cuando la historia del personaje tiene enjundia. Quintero demostró que es bueno cuando el entrevistado tiene cosas que contar.
De Farruquito no voy a hablar. Creo que se han dicho tantas cosas que lo que yo escriba da igual.
Espero verte en la soledad de tu celda. Espero que en algún momento encuentres algo de paz.
Así terminó Quintero la entrevista. Qué bruto. Y tuvo la enorme honestidad de no pasar a publicidad inmediatamente después, aprovechando el pico de audiencia. Tuvo la grandeza de terminar el bloque con un cuadro de baile flamenco y la actuación de un Falete en directo que no vocalizaba, y que se marcó un raro dueto con la voz de Caracol.
Anoche entendí por qué a la gente le gusta tanto Quintero…
